La bicicleta, la máquina de la libertad.

   Esta semana quiero presentarte una colección diferente. Ya conoces a Shirly Babey y sus coloridos pelos de goma EVA. Hoy tenemos la Colección Vintage, hecha a mano, por supuesto.
Se compone de broches y camafeos con cabuchones de cristal que representan alguna imagen de motivo antiguo.

    En este caso tenemos un colgante con cadena de metal plateado y camafeo del mismo material y 3 cm de diámetro en cuyo interior se encuentra una bonita imagen de una mujer del s.XIX, sobre su bicicleta.

  Precio: 6 euros con descuento de 1 euro si vienes a buscarlo.
Información y pedidos: mimidecoo@gmail.com

Indaga en la historia de la bici y de la liberación de la mujer

¿Sabes cuál es el origen de la bicicleta?   

 

    Su nombre inicial fue draisine (patentada en 1818), adoptando así el apellido de su inventor, Karl Drais, inventor e investigador alemán de comienzos del s.XIX, fue el responsable de la laufmaschine (máquina de caminar), denominada posteriormente como la draisine (una bicicleta sin pedales), y que fue la precursora del velocípedo.

        
   En 1870, John Kemp Starley, diseñó el velocípedo. A la draisine se le añadió manivelas y pedales en su rueda delantera y el diámetro de ésta era tres veces mayor que el de la trasera, consiguiendo así mayor velocidad. Este formato duró dos décadas hasta la aparición de la primera bicicleta moderna.


   La primera bicicleta que conectó los pedales y la dirección con la rueda trasera, fue la Rover Safety, obra de Starley, consiguiendo finalmente que las dos ruedas tuvieran un tamaño similar. 
Ya en 1890, apareció la bicicleta tal como la conocemos, esto es un decir, hoy en día hay una tecnología y unos materiales tan avanzados en este campo, que con lo de "tal como la conocemos", me limito a referirme a su aspecto físico característico.

¿Cuál es la influencia de la bicicleta en la liberación de la mujer?



    A finales del XIX, la bici era una auténtica liberación y una moda. Pero la prendas femeninas de la época, que se caracterizaban por el uso de incómodos corsés y largas, y pesadas faldas, no permitían el correcto uso y disfrute del artilugio, lo que provocó que la vestimenta femenina sufriera algunos cambios como la aparición del pantalón-pollera.



    La nueva mujer no solo cambió sus vestiduras, ahora con la posibilidad de moverse sin depender del hombre, había conseguido una liberta antes desconocida, atrás empezaba ya a quedar la dedicación exclusiva de ser esposa y madre. Ahora trabajaba fuera de casa y se involucraba en el movimiento por sus derechos y otros temas sociales.

    Por supuesto, todo esto generó una gran incomodidad en la sociedad machista reinante en la época.
Pronto los médicos descubrieron una enfermedad cuyos síntomas eran: cara contorsionada por la tensión producida al mantener el equilibrio en la bicicleta, ojos desorbitados, mandíbula apretada, cansancio, insomnio. A lo que se añadió, por si era poco, tuberculosis, dolor de cabeza y depresión.

   La cara de bicicleta, nombre que recibía esta curiosa enfermedad, era crónica, pero tras una larga temporada sin utilizar dicho medio de transporte y diversión, acababa desapareciendo. Evidentemente era de padecimiento casi exclusivo en la mujer y se le sumaba el hecho de que también aumentaba la líbido, cosa imposible de asimilar en una mujer decente.

   Cerca del nuevo siglo, muchos médicos empezaron a cuestionar públicamente dicha enfermedad, llegaron a afirmar que el uso de la bicicleta, tanto en el hombre como en la mujer, podía ser incluso beneficioso para la salud.
Pero eso ya lo sabemos, ¿no?.

Otro miembro de la Colección Vintage.
Precio: 6 euros con descuento de 1 euro si vienes a buscarlo.

Esta ha sido la historia de esta semana. No olvides nuestra cita de la próxima. 
Hasta el lunes.

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